Capitulo V:
DE LA REALIDAD BREVE Y CIRCUNSTANCIAL
Del Cid e Impresión.
Allá por los años de 1590; de España llegaron a la a la provincia de San Salvador, don Diego de Paz, en calidad de Alcalde Mayor, y don Diego del Cid, con un cargo del cual no se tiene ni idea. Diego del Cid, contrajo matrimonio con doña Juana de Arévalo, descendiente de los Arévalo, fundadores de San Salvador.
En el año 1606, nace fruto de esta unión un varón, que tendría por nombre Juan de dios del Cid, de la niñez y juventud de este señor la historia no recoge datos, pero de la obra realizada por él, se entiende bien lo noble de su hogar y del medio social que llego a hacer de él, el autor de la primera imprenta que se fabrico en el nuevo mundo de la América Española Central, allá por el año de 1641; se trato de un aparato pequeño, rustico, similar a la prensa de la invención de Johann Gutenberg, en Maguncia, Alemania, es así que Juan de dios del Cid, se dijo: si no hay imprenta, hagámosla, ¿no hay tipo? grabémoslo, ¿no hay tinta? fabriquémosla, y poniendo manos a la obra fabricó la prensa, grabo los tipos, hizo la tinta e imprimió sus obras.
Entiéndase bien, que lo de manifestar que este señor fue el autor de la primera imprenta en la Nueva España, se basa en el hecho que dicha imprenta se fabricó en situ, y no se importo de otro medio.
Juan de dios del Cid, fue un literato de alta distinción y sus composiciones en verso deleitaban a la sociedad salvadoreña, como se puede apreciar por la famosa crónica de la ruidosa fiesta del 1° de enero de 1647; ofrecida por el Alcalde Mayor don Antonio Justiano Chavarri “con ceremonias dignas de ser narradas”.
No solo se dedicaba al cultivo de las letras sino también, cultivaba el jiquilite y el algodón, fabricaba añil y tenía telares al sur de San Salvador, y buscaba la forma más eficaz de cómo mejorar el telar y todo aquello que cultivaba.
Después se hizo Frayle Franciscano, a una edad relativamente joven, cuarenta años aproximadamente, ingresa al convento de San Francisco, entonces se encontraba ubicado este convento en donde hoy es el cuartel vecino a la Casa Presidencial, en el municipio de San Jacinto, en San Salvador, es aquí en donde fabrico la imprenta y es en este mismo lugar en donde pasa el resto de su vida, muriendo a los 77 años de edad, en el año de 1683; tal como nos lo relata don Jorge Larde, en su escrito, “San Salvador y sus Hombres”. Encontrándose mucha más información al respecto, en los anales del Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán-MUNA, de San Salvador, específicamente en el tomo V, No. 16, Pág. 20.
De Provincia a Republica.
Más adelante en la evolución del devenir de América, uno de los antecedentes de suma importancia que serviría como un empuje para buscar el camino que liberase a América de España, fueron las ideas políticas de la Revolución Francesa, difundidas en todo el continente e influyeron de una manera poderosa para que se preparase el gran movimiento social, que produjo la separación con respecto de la madre España. Otro hecho que se aunaría a potencializar este movimiento, ha sido la invasión de las fuerzas de Napoleón Bonaparte a la Iberia, todo esto, produjo que el 15 de septiembre de 1821; la América Central, se independizara formalmente de España.
En el año de 1841, El Salvador, se constituye en Republica independiente de la América Central, ya que antes de esto las seis provincias, constituían un solo Gobierno para todo el Centro de América, a partir de este momento se empieza a construir los cimientos del nuevo Estado Independiente.
Fácil no ha sido, más bien los inicios fueron demasiado engorrosos tal es el caso de haber nombrado como Jefe de Estado, a don Juan Lindo, un Hondureño emigrado que en aquella época, era perseguido en Honduras.
Cuáles fueron los criterios que permitieron este desenlace, han sido y son de alguna manera oscuros, ocultos e imprecisos.
La administración de este señor Juan Lindo, dejo dos manchas sobre estas tierras, una de ellas es haber confirmado a Honduras como su patria natal, cediéndole la posesión de las islas, que por tiempos inmemorables habían pertenecido a El Salvador, la otra es el haber disuelto las cámaras legislativas, haciendo uso del despotismo y la fuerza bruta.
Al indagar mayor información al respecto, la encontraremos en los archivos del Estado Salvadoreño, en donde existen los comprobantes de estos datos.
De la Colecta Popular.
En el año de 1824; fue introducida la imprenta en El Salvador, este evento significo un gran adelanto en la vida cultural, política y social del país.
La primera prensa fue adquirida por colecta popular, encabezada por el Presbítero José Matías Delgado y el Presbítero Miguel José Castro, en ese mismo año, en el mes de julio, se publico “El Semanario Político Mercantil”.
Los primeros impresores en El Salvador, fueron: don Manuel Inocente Pérez, originario de Metapan y don Samuel Aguilar, vecino de San Salvador, ellos aprendieron este oficio en la ciudad de Guatemala, que para este entonces, se constituía en el país vecino de avanzada.
En el 1827; se funda la imprenta en Sonsonate, es propietario de ella, don Felipe Vega. En San Vicente se estableció un pequeño taller de impresión, en el año de 1836; en el cual se publicaba un periódico político que a su vez albergaba en su publicación una serie de variedades. En el año de 1854; Cojutepeque, contó con una magnifica imprenta. En el 1870; en San Miguel, en San Tecla en 1877; y en Zacatecoluca en el año de 1886.
Todas estas imprentas contaban con todo el sistema artesanal, no es hasta la administración del General Francisco Menéndez, que se abastecen de equipo y materiales, pero aún continuaban con el mismo sistema artesanal, con ciertas actualizaciones pues los tiempos corrían y la evolución de la imprenta se gesta a pasos agigantados, cada vez obviando lo técnico del grabado como medio artesanal, industrializando su proceso, innovando sus maneras, produciendo nuevas alternativas técnicas más eficaces que generan mayor eficiencia y calidad.
De lo Primitivo Elemental.
En lo que al principio de lo primitivo elemental del Grabado se refiere, Ricardo Lindo, uno de los literatos salvadoreños, que en su libro “La Pintura en El Salvador”, nos comenta; Existe en el campo salvadoreño una planta, que despide un polvillo blanco, que al aplicarlo sobre la piel deja perfectamente su huella, y que de este suceso, es probable que nuestros antepasados, hayan tenido la idea de imprimir motivos sobre el cuerpo, y que al parecer, hicieron esto sobre papel de ámate, y algunas veces en las vasijas.
Esto es lo más antiguo en cuanto a impresión se refiere en nuestro medio, a lo cual, Lindo, tiende a denominar a esta acción con el nombre de “sellos”, que en otras realidades culturales han sido bautizadas con el nombre de “huellas”
No cabe duda que este dato, es el que proponen los historiadores al hablar del posible origen del Grabado en el mundo, y que según evolucionaba el hombre, evolucionaban las posibilidades de este.
De lo de la Casualidad.
Carlos Alberto Imery, nacido en la pequeña extensión geográfica en el centro de América, la cual lleva por nombre El Salvador, en el año de 1879; tiene su iniciación en la especialidad de la pintura, con don Marcelino Carballo (1874-1949), el cual a su vez se inició con don Pascasio Gonzáles, nacido este, en el año de 1848; y fallece en el 1917; en la pequeña extensión geográfica en mención.
En 1903, Imery marcha a Europa, allí estudia en el Real Instituto de Bellas Artes de Roma, Italia, con el destacado maestro italiano Jacobacci, junto a este, aprende las técnicas de la pintura, y consigue buen dominio de la plenitud de la luz, siendo a fin al pintor español que capto la luz del Mediterráneo, es decir Joaquín Sorolla.
Ya en su patria, Carlos Alberto Imery, en el año de 1911; con el patrocinio del Presidente Manuel Enrique Araujo, funda una Academia de Dibujo y Pintura, todo se da a causa de que a su regreso presenta una muestra de su obra, de la cual no obtiene ningún remunerativo económico, y para mantenerse en el medio, hace fundar dicha Academia, con el tiempo y mediante la ayuda que le diese el famoso escritor T.P. Mechín (General José María Peralta Lagos), se convierte en la Escuela Nacional de Artes Graficas, el 15 de septiembre de 1912. Y allí, se enseño la especialidad de la Pintura, con todo el tinte europeo.
Además, en dicha escuela se trabajaba el Grabado, en su papel de imprenta ya que aquí, se elaboraba todo tipo de material publicitario para el Estado.
Contaba con una cantidad considerable de equipo, materiales y herramientas para este fin. Para ello, Alberto Imery, tuvo que ir a Europa, por aquello que fuese necesario para el buen éxito de su labor.
Todo esto hace suponer que el tener una escuela con estas características, generaría mayor subvención a la misma, y por ende prolongarse su continuidad en el medio.
A lo mejor uno de los errores que inconscientemente se cometió, fue el no haber compartido ese aspecto eminentemente de técnicas del Grabado, con los que allí estudiaban las artes, aunque la aplicación de lo que acá se desarrollo, fuese orientada hacia la imprenta, como medio industrial.
Al pensar en vos baja, se suele cuestionar ¿qué realidad hubiese existido?; si los artistas que en la Escuela de Carlos Alberto Imery, se formaban, hubieran tenido acceso a este recurso, probablemente la realidad para el Grabado fuese otra, aunque no solo era tarea de esta escuela, sino más bien de la curiosidad de los que ahí se formaban, pues en Europa, lo genial de Durero, Goya, Rembrang, y Picasso, gestaban el Grabado como medio de expresión artística.
De la Casualidad a lo Proyectado.
En la Escuela Nacional de Artes Graficas, se formaron varias generaciones de pintores todos bajo la didáctica de Luis Alfredo Cáceres, el poeta de la pintura salvadoreña, fue profesor y durante muchos años director de Artes Graficas, este ha sido uno de los mejores creadores y didactas de la plástica nacional salvadoreña.
Uno de los tantos frutos que produjo Carlos Alberto Imery, en su escuela de Artes Gráficas, lleva por nombre José Mejía Vides, nacido en San Salvador, en el año de 1903. Fue el primero de seis hijos de don José Mejía y doña Jesús Vides Navarro.
Vides, fue también profesor de la Escuela Nacional de Artes Graficas, y años más tarde, Director de la misma, este al igual que su maestro, logra estudiar en el extranjero, específicamente en México, en donde profundiza en la pintura y sus diversas técnicas. Mejía Vides estudia con el japonés 'Tamiji Kitagawa; y este último le enseñó la técnica del grabado en madera o xilografía.
De la Escuela Nacional de Artes Graficas, fueron muchos los que pasaron a engrosar las filas de la Dirección de esta; hasta perder su naturaleza, convirtiéndose en lo que se llamo: Plan Básico, quedando al abandono y olvido mucho de lo que existía en Artes Graficas.
En el año de 1951; se crea la Dirección General de Bellas Artes, con sus escuelas de Teatro, Música, Danza, y por supuesto con su correspondiente Escuela de Artes Plásticas, en donde se formaron una buena cantidad de valores jóvenes para bien de la plástica. Todo ello bajo la dirección de José Mejía Vides.
Bellas Artes, potencializo la Escuela de Danza, y de ahí, su legado a lo que más tarde se denominó, Centro Nacional de Artes, conocido con las siglas de CENAR, este legado se ha manifestado más bien en lo administrativo, ya que siempre ha pregonado su independencia de este. Y no ha sufrido diásporas ó las peripecias del nomadismo, ya que para su fortuna, ha contado con su propio espacio físico.
A finales de los años treinta, llega a esta pequeña extensión geográfica uno de los artífices que responderá al nombre de Valero Lecha, que intenta hacer algo, de lo que Ricardo Sagrera, llama, “pintura seria”, Ricardo comenta que recuerda “que se reunía un pequeño grupo a pintar en una de las aulas que les proporcionaba la Escuela de Artes Plásticas, de Bellas Artes, en este grupo estaba Chema Duran, Auxias March, y por supuesto Valero Lecha”.
Poco después Lecha se va a España, a estudiar en la academia de San Fernando, y al generarse en él, el pintor y el didacta, regresa a El Salvador, en donde el General Martínez, le otorga una pequeña subvención.
Poco después en el año de 1936; funda una Academia, la cual se conocería con el nombre de “Academia de Dibujo y Pintura de don Valero Lecha”.
El maestro Lecha, nace en España, en el año de 1894; y muere en El Salvador, en el año de 1976; de él y su academia, se desprende un poco más de tres décadas de artistas, que han generado una buena simiente a las artes plástico-visuales salvadoreñas.
En este devenir del tiempo; Camilo Minero, nacido el 11 de noviembre de 1917; en Zacatecoluca, La Paz. Estudio pintura en la Escuela Nacional de Artes Gráficas. Y su profesor fue el maestro José Mejía Vides; el cual cuando viaja a México conoció el Grabado; específicamente en Madera (xilografía), Mejía Vides trajo de esa nación las herramientas y solía prestárselas a Minero y Carlos Cañas (también estudiante de la Escuela Nacional de Artes Graficas, de Carlos Alberto Imery).
Más tarde Camilo; fue becado por el estado salvadoreño, y estudió en México, y ahí se nutre de las artes plástico-visuales. Armando Solís; nació el 27 de mayo de 1940, estudia en Bellas Artes; las artes plástico-visuales, y también estudio en la Escuela Nacional de Artes Graficas; y en otras latitudes del planeta. Junto a Minero y por supuesto al maestro Mejía Vides, se les adjudica la presencia del Grabado en El Salvador. Ninguno de ellos tuvo participe en el Centro Nacional de Artes-CENAR.
De lo Académico a lo no Académico.
Estos esfuerzos permitieron que en nuestro medio salvadoreño, existieran tres espacios dedicados a la formación y difusión de las artes plástico-visuales, los tres centros de enseñanza artística sirvieron para formar a muchos jóvenes de uno y otro sexo, dotados para el arte pictórico y otras, que han sido opacadas por lo plástico-visual; ó más bien los hacedores de estas otras especialidades no han obrado en pro de ellas, como lo han hecho los artistas plástico-visuales en este país, por otra parte el medio a fomentado que se geste mas lo visual, a diferencia de las otras disciplinas de las artes.
Estos, y los pocos centros de enseñanza artística que se esforzaban por mejorar nuestra condición, fueron suprimidos por el entonces Ministro de Educación, Walter Béneke, que antes de desempeñar este cargo había sido cónsul de El Salvador, en Japón, y su amplia visión del mundo occidental le habían llevado a conocer la enorme importancia de la Educación Artística, sueño que también le había impulsado en él, Hugo Lindo, anterior Ministro de Educación, ya que este compartía los mismos criterios del como debería de manifestarse la educación en términos artísticos.
El decreto ejecutivo que le dio vida legal al Centro Nacional de Artes- CENAR, y a su correspondiente Bachillerato en Artes, fue dictado por el Directorio Cívico Militar, dicho decreto fue conocido como decreto 500, en el año de 1961; a iniciativa del entonces Ministro de Educación, Hugo Lindo, y que a la fecha sigue estando vigente y duerme el sueño de los justos.
La materialización del mismo, se llevo a cabo en el año de 1968; en el marco de la Reforma Educativa impulsada por Walter Béneke, que para ese entonces ya fungía como Ministro de Educación, esto se desarrollo como parte del proyecto de las Bachilleratos Diversificados en El Salvador.
En el año de 1968; se crea el Bachillerato en Artes, producto de la supresión de los centros de formación artística ya mencionados. El bachillerato un proyecto ambicioso que debía culminar con la creación del Instituto Superior de Artes, y tendría como sede la Universidad de El Salvador; de lo superior, solo las aspiraciones han quedado, y el dolor amargo de aquellos que no lo vieron materializado.
Los propósitos de la creación del Bachillerato en Artes, obedecían a la necesidad de profesionalizar las artes, y de formar maestros de estética en el país.
El Instituto Nacional de Bachillerato en Artes, INBA, nombre que obedeció a distintas circunstancias, una de ellas era precisamente que antes del Centro Nacional de Artes, el ente primero en creación fue el bachillerato en artes, pues este se contemplaba dentro de las estructuras de los bachilleratos diversificados recién puestos en marcha.
Con el transcurso del tiempo, se llamo, Centro Nacional de Artes-CENAR, también aquí, al igual que en bellas artes, existían las Escuelas de Teatro, Música, Danza, y Plástica, que el mismo bachillerato contemplaba dentro de sus planes formales.
Al suprimirse, Artes Graficas, Bellas Artes, y la Academia de Valero Lecha, los docentes y el recurso paso a formar parte de la nueva estructura que se ya había creado: El Centro Nacional de Artes, “CENAR”, que oficialmente quedo establecido así, a partir del año 1993; en el periodo del Presidente Alfredo Cristiani, el cual hizo una reinauguración de la institución.
El Taller de Grabado, es de suma importancia en este relato; este taller quedo establecido en la nueva estructura, la cual pasaremos a llamarle “CENAR”, y no bachillerato en artes; este el CENAR, ambiciosamente vendría a ser el eslabón de lo cultural-artístico que involucraría las cuatro especialidades de las artes.
Dicho taller se nutre con cierto equipo obtenido de la Escuela Nacional de Artes Graficas de Carlos Alberto Imery, y ello, pasa al CENAR, en donde la actividad se dio a luz con la colaboración del Gobierno de Japón, el cual proporcionaba una buena ayuda al proyecto de Béneke, y como se ha mencionado anteriormente, su rol de embajador en ese país le había merecido la obtención de una amplia cooperación por parte esa nación asiática.
Es así, que en la década de los años setenta, el Japón, por medio del “Cuerpo de Voluntarios Japoneses-JOCV”, organismo encaminado a colaborar con los países en vías de desarrollo y es El Salvador, el primer país en Latinoamérica en albergar al proyecto del voluntariado japonés; y muy en lo específico al taller de Grabado, permitiendo que contase desde ese momento con la participación y colaboración de la primera voluntaria japonesa, en la especialidad de Grabado.
De lo de la Diáspora.
Futaba Ando, es el nombre de la japonesa que fue de las primeras maestras de Grabado en el CENAR, y en El Salvador. Futaba, colaboro con la capacitación técnica de alumnos y maestros, cuando el CENAR, se encontraba en las instalaciones de la Feria Internacional de El Salvador, en el Pabellón de España, en el año de 1971 (hoy Centro de Ferias y Convenciones-CIFCO).
Pero antes de ocupar este espacio, las primeras actividades del CENAR, son en el Francisco Menéndez, hoy, Instituto Nacional Alberto Camus, ubicado sobre la calle a San Antonio Abad. Que antes de llamarse Francisco Menéndez, fue la Normal España, y después la Escuela España, y ahí, se encontraba el Instituto Nacional de Bachillerato en Artes-INBA, teniendo como Director al responsable del Menéndez, aunque en el área de Artes Plásticas, el que asumió la Dirección fue el pintor Benjamín Cañas, y el área de Teatro Don Edmundo Barbero, allá por el año de 1969; año en el cual arranca la actividad educativa, del ente antes en mención.
El Menéndez ó Alberto Camus, no daba abasto en lo que ha infraestructura se refiere, lo que provoca el traslado a la escuela República del Paraguay, ella se encontraba a un par de cuadras antes de llegar a la Alcaldía de San Salvador, en el año de 1970; de aquí, hacia la Feria Internacional en donde llego Futaba, y junto a ella, Nobuko Watanabe, la cual permaneció en el país un corto lapso de tiempo, aproximadamente seis meses, pues ella, pertenecía a la nobleza y debía contraer matrimonio en ese mismo año, lo que la trajo a El Salvador, fue su deseo de ser voluntaria, aunque esto fuese por una brevedad de tiempo y por el hecho mismo de que este país de habla hispana, era en ese entonces el primero de América latina en albergar al proyecto del voluntariado japonés.
En enero de 1972; el CENAR, se traslada al barrio San Jacinto (San Salvador), en una parte de las instalaciones del Hogar del Niño, teniendo como Directora a Magda Aguilar, en su administración apoyo de buena manera la escuela de Teatro, de la cual era el encargado Roberto Salomón, de la de Artes Plásticas, Roberto Huezo, mas tarde asume el control de la escuela de Artes Plásticas, Roberto Galicia, ambos formados por Carlos Cañas, en la escuela de Arquitectura de la Universidad de El Salvador, “UES”.
La primera promoción de egresados del Bachillerato en Artes, tuvo lugar en el año de 1971; y contó con el apadrinamiento de la entonces Directora, la señora Magda Aguilar, la cual fue la primera directora General del CENAR, y junto a ella, el Ministro de Educación, Walter Béneke.
Ya en San Jacinto, el Grabado asume su rol educativo, en manos de los salvadoreños formados por Futaba Ando, entre ellos: Alfredo Calacin y Carlos Morales.
Calacin, del cual muchos hoy en día se expresan diciendo que era un virtuoso en lo técnico del Grabado y en otras tantas de las artes plástico-visuales, este, compartió su conocimiento con muchos que ahí estudiaban las artes, aprendiendo de él la técnica del Aguafuerte.
Durante esta época el conflicto armado se hacía más hostil, al grado en que provoco la partida del cuerpo de voluntarios japoneses, y con dicho conflicto, un día Calacin, ya no se dio a ver nunca más, se presume que ha pasado a formar parte de los llamados “desaparecidos”, los cuales abundaban y aun existen las secuelas.
Con estos sucesos, lo didáctico del grabado se deposita en manos de Carlos Morales, y es él, el que imparte el conocimiento técnico. Durante estos años la producción que a lo mejor fue buena, no paso de la cosa escolar, y de ser vista por los estudiantes como una materia que ellos estaban obligados a cursar, ya que el pensum hacia lo exigía, a pesar de esto el grabado se mantenía en existencia, aunque fuese de manera condicionada.
En el año de 1980; el CENAR, bajo la administración del Dr. Santamaría, se ve en la necesidad de trasladarse del barrio San Jacinto, ya que este espacio es propiedad exclusiva del Hogar del Niño, y ellos, argumentaban que sus instalaciones cada vez se hacían más pequeñas en relación al número de niños que ahí se albergaban, exigiendo como solución a su problema, el que se les devolviese el espacio que al CENAR, se le había adjudicado en calidad de préstamo.
Aunque la realidad de lo sucedido tenía que ver con el hecho de que las artes, provocan la liberación del espíritu y hacen que el individuo sea consciente de su estado y del papel que juega en la sociedad, repudiando aquello que va en contra de lo digno, ello engendra en los que en ese entonces ahí estudiaban las artes, el sentimiento de la rebelión en contra de los provocadores del sufrimiento, de la pobreza acarreada con la explotación, del despotismo, y de tantas otras innumerables, es así, que en este espacio del CENAR, en San Jacinto, se daban cita las reuniones clandestinas, marxistas comunistas ó como se les quiera bautizar, acto que provoca la toma y cateo de la institución por parte de los militares, impidiendo que durante dos días se ejecutara la actividad escolar, todo lo que aquí sucedía en materia de lo comentado y en la Escuela Nacional de Comercio, “ENCO”, que también ocupaba un espacio propiedad del Hogar del Niño, y que no quedaba excluida de lo del CENAR, dio paso a la petición de abandonar, de desalojar inmediatamente los espacios prestados al CENAR y la ENCO; ya que ellos eran los provocadores de dichos sucesos.
En el año siguiente en 1981; el CENAR, se encuentra frente al mercado Ex - cuartel, en el edificio Bendek, ahí se encontraba la Dirección General de Artes, del Ministerio de Educación, siendo la Directora de Artes, del MIDED; la Dra. Marina Quezada de Arocha, y a partir del año de 1983; pasa a ser la Directora del CENAR, y bajo su administración el nombre de Centro Nacional de Artes, es modificado para ser llamado “Instituto de Formación Artística, IFA”, debido a que en esa época las malas lenguas, deformaban la palabra “centro”, haciendo sufrir de otra connotación el significado en el medio social, por cierto, dicha significancia no era de muy buen gusto, esta era la segunda ocasión en que la institución cambiaba de nombre, a criterio de la Dra. De Arocha; este nuevo nombre era de mayor peso para la institución y más de acorde con su quehacer, según las autoridades de ese momento.
Aquí, en este nuevo espacio la tarea didáctica del Grabado sigue estando con Carlos Morales, pero en esta ocasión contaría con la compañía de Antonio García Ponce, sus estudios de artes desarrollados e inculcados en la Academia de Valero Lecha, y que ahora pasarían a contribuir en la formación de los futuros hacedores de arte.
Del edificio Bendek, se emigra en el año de 1984; hacia Mejicanos, a la colonia La Rábida, para ser exactos en el pasaje Contreras, el terremoto del 10 de octubre de 1986; provoca abandonar la colonia La Rábida, ya que la infraestructura del edificio había sufrido considerables daños, casi irreparables, una vez más el inicio de una nueva movilización, en este caso para el edificio de la extinta escuela República del Paraguay, que se encontraba a una cuadra abajo del parque San José, a unos cien metros antes de llegar a la Alameda Juan Pablo II, en el centro del Gran San Salvador, edifico que siempre ocupo la Escuela de Música, después de salir del Francisco Menéndez en el año de 1969.
Las actividades dan inicio en este espacio en enero de 1987; bajo la administración del Arquitecto Balmore García (también bachiller en artes), debido al hacinamiento en este edificio, la escuela de artes plástica (hoy Artes Visuales), se traslada al colegio Latinoamericano, en la avenida España en el centro del Gran San Salvador, en el año de 1988.
El taller de Grabado, se queda hospedado en el edificio de la Escuela de Música (escuela república del Paraguay), no es más que una improvisada galera de madera, en donde a pesar de las condiciones se le daba continuidad a la ejercitación del Grabado, ahí sigue estando Carlos Morales, pero en esta ocasión se uniría al trabajo del Grabado, Iván Navarrete (bachiller en artes); Navarrete vendría desde La Colonia La Rábida, en Mejicanos, provocando su estadía en esta especialidad de las artes, en el año de 1987; también se uniría a este espacio destinado para el Grabado, Ciro Castillo, en ese mismo año se da la visita de Gloria Maya, proveniente de Estados Unidos, trayendo consigo equipo para la fabricación de papel manufacturado, ella comparte su conocimiento con alumnos y maestros, pero es Ciro Castillo, el más beneficiado; con el paso de los años, Ciro, se dedicaría a lo teórico de las artes y más tarde se encontraría estudiando en la Universidad de El Salvador “UES”, la carrera de Psicología, lo que generaría otras inclinaciones en él, que no son ya las artes, retirándose de la institución en el año de 1995, al igual que Carlos Morales.
En 1989; con la Dirección de Atilio Martínez, no se generan mayores cambios en materia de Grabado, se sigue viendo con el desdén de siempre, y se mantiene en su galera improvisada de madera, en su mismo espacio, en el edificio de la antigua escuela república del Paraguay (escuela de música).
En el año de 1992; Roberto Guzmán, asumió la Dirección del CENAR, para evitar su acefalía, a finales de ese mismo año es nombrado Mario Otero, como Director de la Institución, lo que genero conflictos internos de carácter administrativo-docentes, por la mal llamada “prepotencia de Otero”, debido a que se manejo que este, sería el que provocaría el cierre total del CENAR, él permitiría que esta acción se concretase por parte del Ministerio de Educación, y CONCULTURA (hoy Secretaria de Cultura-SECULTURA, y más tarde Ministerio de Cultura), su presencia en la institución se supone, se debía a ese fin.
Todo esto provocó que los estudiantes de ese momento, se alzaran a la manifestación en las calles, exigiendo el “no cierre”, y pidiendo que se terminara el nomadismo del CENAR, facilitándole una sede definitiva para el quehacer y enseñanza de las artes en El Salvador.
A mediados del año de 1993; se termina de construir lo que se le había exigido al Ministerio de Educación-MINED, pero no es este el autor material del hecho, aunque si el decisivo para la ejecución de la sede de las artes, de lo material se encarga la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), facilitando lo económico para la edificación, y la Alcaldía de San Salvador, donando una zona verde en la colonia San Mateo de San Salvador (actual sede); el esfuerzo que llevo a la materialización de este tan anhelado proyecto, no solo ha sido de la misma institución y de los que ahí se han mantenido velando por ello, sino también de aquellos que han creído fervientemente en las artes y su desarrollo, aunque lo que condujo a esto era el ya no soportar el cansancio del nomadismo que tanto se sufrió, y en ello muchas cosas que se construyeron se perdieron ó deterioraron, al moverse de un lugar a otro, en esta turbulenta diáspora del CENAR.
En el mes de Junio del año de 1993; el Presidente Alfredo Cristiani, con la creación de un decreto, reinaugura oficialmente la institución con el nombre de Centro Nacional de Artes-CENAR; destinado para la formación y difusión de las Artes en El Salvador; infraestructura propiedad del MINED.
De lo Nómada a lo Sedentario.
En 1994; llega a la Dirección del CENAR, Rodolfo Molina (QDDG), Arquitecto y Artista plástico-visual, su estadía en la institución es de muy corto tiempo, su breve gestión se desarrollo en un clima de tranquilidad, el cual era necesario después de lo fatigoso de la época anterior.
En ese mismo año, la Dirección estaría en manos de Mauricio Linares, otro Artista plástico-visual, que haría de su gestión, algo más breve que la anterior Dirección, su retiro de esta, es algo inesperado, y deja más preguntas que respuestas.
CONCULTURA; era un organismo descentralizado del Ministerio de Educación-MIDED; con una estructura “sólida, con autonomía en cuanto a la administración, ejecución, difusión, y formación de las artes en el país”, a partir del 2008; se convierte en una Secretaria de Estado, bajo la dependencia de la Presidencia de la República, a partir de ese entonces es: la Secretaria de Cultura-SECULTURA (hoy en día Ministerio de Cultura), y por medio de su ente, el CENAR, impulsa lo que a formación, y difusión, se refiere; aunque al ya no pertenecer al MINED; su oferta curricular ya no cuenta con acreditación de parte del ente oficial que vela por la educación en El Salvador: Ministerio de Educación-MINED.
Es en este año de 1994; se reinicia en el CENAR, la presencia del voluntariado japonés en las artes, después de muchos años de ausencia provocada por la guerra.
En el año de 1994, a mediados de este, Carlos Cañas y Roberto Huezo, indistintamente lanzan una propuesta teórica al respecto de la formación de las artes en el CENAR, la propuesta del Artista Plástico-visual: Carlos Cañas, es retomada por la Ministro de Educación, de ese entonces, Cecilia Gallardo de Cano, materializada a finales del año de 1995; y ejecutada por el mismo Carlos Cañas, el cual asume la Dirección del CENAR, en ese mismo año (El Taller de las Artes).
En el año de 1995; la escuela de Teatro, desapareció como parte de la aplicación del decreto de retiro voluntario-obligatorio 471 y la reestructuración implementada por el MINED y CONCULTURA (hoy SECULTURA, más tarde Ministerio de Cultura), los que suspendieron el nivel de Bachillerato, que por muchos años desearon ver concretado, y no es hasta 1995, que se logra, así que en el año de 1997, egresa la última promoción de “Bachilleres en Artes”, contabilizándose, como la promoción número 27 de egresados en Artes.
Carlos Cañas, nacido en San Salvador, 3 de septiembre de 1924; Estudió en la Escuela Nacional de Artes Gráficas de El Salvador y en 1944 egresó como profesor de Dibujo, Pintura e Historia del Arte. En 1950 viajó a Madrid, España, becado por el Instituto de Cultura Hispanoamericana, En ese país se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La nueva administración de Carlos Cañas, estuvo en sus inicios acompañada de cierto rechazo hacia el Maestro Artista, lo que provoco un ambiente de fricción, y un hacer a regañadientes, con el transcurso de los años Cañas, y la población del CENAR, se fraternalizaron al grado en que los lazos ó más bien dicho los vínculos, se fortalecieron al grado de encontrar en Carlos Cañas, un fuerte defensor de los intereses del CENAR, y de velar por la protección y cualificación del personal docente y administrativo, para que sustentasen con firmeza el compromiso de la educación artística en el país, aunque existieron quienes se mantenían a la expectativa, del día en Cañas, abandonará la Dirección del CENAR.
El maestro Carlos Cañas, se retiro del CENAR, acompañado de una sorpresiva petición de renuncia de la Dirección del Centro Nacional de Artes-CENAR, justificada con el nombramiento de: Asesor de Espacios Culturales; en diciembre del año 2001, siendo Cañas el que más tiempo ha permanecido en la Dirección de esta institución a lo largo de su historia, y su propuesta “El Gran Taller de las Artes”, aun persiste, y en la memoria de los que vivieron ese momento suele mencionarse: Que no ha existido mejor dirección en el CENAR; que la del Maestro Carlos Cañas.
De la Nueva Generación.
Durante los años de 1996 al 2000; el Taller de Grabado logro su cualificación técnico-pedagógica. Contar con la presencia de los voluntarios japoneses en la especialidad de Grabado, aun recién Carlos Cañas, asumía la Dirección del CENAR; se gesto la visita de la primera voluntaria japonesa con que contó el Taller de Grabado, después de Futaba Ando en el año de 1971.
La voluntaria japonesa y sus aportes se ponen de manifiesto hasta el año de 1997; es egresada universitaria en Bellas Artes, en la especialidad de Grabado, se graduada en la Universidad de Japón, la cual se encuentra en la ciudad de Yokohama, esta joven voluntaria contribuye al desarrollo y cualificación de técnicas como por ejemplo: el Grabado en madera (xilografía), en piedra (litografía), las impresiones simples (monograbados), y el Grabado en metales “huecograbados” (calcografía), junto a ella se logro construir una habitación para el tratamiento de ácidos (cuarto de ácidos), y se actualizaron programas educativos.
Con la presencia de la voluntaria se acrecienta aun mas lo científico, metodológico, y pedagógico del Grabado, junto a ella durante sus dos años de estadía, el taller implementa: Talleres Abiertos de Grabado con los otros talleres del Centro Nacional de Artes-CENAR (Escultura, Dibujo, Pintura, y Cerámica); se elaboro un ambicioso proyecto y se compartió los conocimientos del Grabado con otras personas en tres Casas de la Cultura de las localidades de: Suchitoto, en el departamento de Cuscatlan, Panchimalco del departamento de San Salvador, y la casa de la cultura de San Tecla (Nueva San Salvador), en el departamento de La Libertad, además, lo del Grabado se compartió con estudiantes de la Universidad Nacional de El Salvador, y con la Universidad Dr. José Matías Delgado.
Dio inicio en el año de 1998, “la clase de Grabado” de la Universidad Nacional de El Salvador “UES, en el CENAR, durante todo este año se estudió el Grabado, culminando con una muestra expositiva en la Alianza Francesa de San Salvador, posteriormente a finales de 1999; y durante todo el año 2000; el taller implemento “la semana del Grabado; con apoyo en los conversatorios del Maestro Cañas, acá se hicieron talleres, muestras, y exposiciones.
Antes de retirarse la recién primera voluntaria, decide extender un poco su estadía con el fin de recibir a Kaori Sekine, segunda voluntaria japonesa, la cual continuaría en los próximos dos años trabajando y cualificando la especialidad del Grabado en el CENAR; los aportes de Kaori, se basan específicamente en llevar a su máximo desarrollo técnico uno de los campo del Grabado, es decir: La Calcografía, fabricando herramientas prácticas, barnices para distintas aplicaciones, y sistematizando el método del proceso técnico del Grabado en metales: La Calcografía.
Junto a Kaori Sekine, se implementó el primer Taller Abierto de litografía; se continuaron los proyectos que se habían quedado en el tintero con la voluntaria anterior, es con Kaori, que se logra materializar la presencia de dos tórculo (prensas para grabado), gestión que se había iniciado antes de la presencia de Sekine con el Gobierno de Japón.
Esta segunda y última voluntaria, al igual que su antecesora, casualmente se graduó en la misma Universidad de Japón, en la especialidad de Grabado, en la ciudad de Yokohama, Hay que destacar que ambas voluntarias visitaron el país, con grandes ambiciones de contribuir eficazmente al desarrollo de la especialidad, contaron con tropiezos tales como: El idioma, las costumbres, y en general todo el aspecto cultural, aparte de esto la mayoría de los materiales empleados en El Salvador, para ejercitar el Grabado, la gran mayoría de estos no se venden en toda Centroamérica, razón por la cual antes de la visita de los japoneses, ya se tenía resuelta una gran mayoría de estos, los cuales son de carácter alternativos, no los idóneos para el Grabado, situación que permitió la reciprocidad con los voluntarios, por el hecho de que ellos, cuentan con un mercado activo en donde se encuentra todo tipo de materiales para todo las técnicas del Grabado, Los voluntarios beneficiaron al Taller con la metodología adecuada y el Taller las nutrió con lo artesanal-rustico, en cuanto a materiales y herramientas, todo ello permitió, una favorable cualificación gradual de la especialidad.
Antes de la era actual del CENAR (año 2016), el Taller de Grabado era un espacio con poca dinámica; su actuar era con el fin de satisfacer la demanda que implicaba al Bachillerato en Artes, en este sentido, el taller no ofertaba absolutamente nada en términos educativos por la mañana, solo por la tarde era su protagonismo con el bachillerato en artes, y de ello, solo con tercer año, segundos y primeros años, no gozaban del Grabado, pues así era planteado en lo curricular.
En el año 1994; Giovanni Gil; engrosa las filas del cuerpo docente del CENAR. En 1995; año próximo a la extinción del bachillerato en artes, Carlos Cañas, asume la dirección del CENAR, y es en esta administración, en donde él decide, abrir el taller de Grabado por las mañanas, y tuvo a bien en ubicar en esa responsabilidad, en esa delegación-imposición, la cual se dio a regañadientes al joven profesor; Giovanni Gil (convirtiéndolo desde ese momento en: jefe del taller de Grabado; que después se oficializo); pues para ese entonces, este tenía un año y meses como maestro del CENAR, Gil había sido invitado a pertenecer al cuerpo docente de la institución, por las autoridades de ese entonces.
Es así, que inicia esa nueva historia del Grabado en el CENAR; sin mayor información al respecto, solo aquello poco visto en el bachillerato.
Con varios meses del andar en esta nueva aventura; Cañas facilita información escrita que ayuda metodológicamente a hacer y entender el Grabado, acá surge una investigación seria y de acordé con la realidad nuestra.
Durante los años 1994 y 1996; en esos años se le solicita a Cañas, el salón que esta junto al taller, pues este, era la bodega del CENAR, a la cual se accedió favorablemente acrecentando el espacio físico del taller de Grabado (a partir del año 2018; propiedad del Taller de Fotografía).
A partir del año 2000, el Taller de Grabado del CENAR, celebraría la primera Semana del Grabado, actividad en marcada dentro del proyecto “Cocina de las Artes”, ya para el año 2001; el Taller ya no contaría con la presencia de voluntarios japoneses, debido a que se manifestó que dicho espacio ya contaba con el conocimiento, herramientas, y equipo adecuado para emprender la marcha por sí solo, y cualificarse sin la presencia de asesores en esta especialidad de las artes.
En el 2001; en los primeros meses, el taller cumple una función social, ya que habían ocurrido los terremotos de enero y febrero de ese año; a raíz de esto y de la extinción real del Bachillerato en Artes, y a finales del año la administración del CENAR, que ya no estaría en manos de Carlos Cañas; y la actividad del Grabado se ve minimizada.
2001; sería un año de un intenso trabajo gracias a la convulsión del país, debido al fenómeno natural, este conlleva al re-acondicionamiento del taller, situación que no permite que se celebre la segunda edición de la Semana del Grabado, actividad que se desarrolla con el propósito de difundir y compartir la ejercitación y ejecución del Grabado, para que en el futuro en El Salvador, la especialidad no solo sea del dominio de la mayoría de los salvadoreños en cuanto a concepto se refiere, sino que ello permita contar con más hacedores, y así, tener la posibilidad de celebrar la Primera Bienal Internacional de Grabado en Centro América.
Debido a la planificación y reorganización el trabajo del Grabado obtendría reconocimientos estimulantes, tanto fuera como dentro de El Salvador.
En el 2002, se implementan talleres abiertos e interactivos, en varios municipios y con una serie de artistas en el CENAR.
En ese año se da la incursión del proyecto Cultural “Casa de los Mestizos”, apoyando el esfuerzo del taller y con ello la actividad vuelve a tomar fuerza, ya en conjunto se planifica una exposición homenaje a la primera Voluntaria Japonesa “Futaba Ando”, en los años 1970; y ella es quien realmente dio vida a este espacio en el CENAR; la exposición se llevó a cabo en la Alianza Francesa de San Salvador, y en ella participaron varios artistas.
De lo Prospectivo a lo Posible.
Para el año 2002; vendrían ciertas incertidumbres debido a los nuevos cambios administrativos, que ahora tendría el Centro Nacional de Artes-CENAR, que desde enero del 2002, contó con una nueva Dirección y como todo nuevo cambio genera espacios inertes mientras se dan paso los nuevos lineamientos.
El Taller de Grabado, no escapa a esta realidad y sus planes se volvieron a reanudad aproximadamente a mediados del mismo año.
Para el mes de mayo, en la segunda semana de este, se invita a los artistas salvadoreños a participar de un Taller Abierto de Grabado, de carácter gratuito, y en la cuarta semana de junio, se desarrolla la segunda edición de la Semana del Grabado, la cual contó en el año 2002, con una buena cantidad de participantes al evento, dentro de esa misma semana el taller realizó una visita a una de las plazas del Gran San Salvador, para compartir de esa manera un poco del grabado con los transeúntes, con aquellos que cotidianamente no tienen la oportunidad de involucrase a este tipo de actividades.
El proyecto se cierra con la presentación de los trabajos realizados en estos talleres, y de aquellos realizado por los estudiantes del taller de Grabado-CENAR, en el mes de noviembre, y con ello cerrar la actividad para luego iniciar nuevamente el siguiente año, y así, año tras año, hasta consolidar una cultura del mismo.
La Dirección del CENAR, estaría en manos de la antropóloga y actriz Tatiana De la Ossa, la cual manifiesto poner en desarrollo las escuelas de Teatro, Audiovisuales, y Letras, las cuales en el proyecto “el Gran Taller de las Artes” de Carlos Cañas, ya se hacía mención a ellas, y que lamentablemente no se llegaron a materializar, por una serie de diversas razones.
Con la nueva administración en manos de De la Ossa, y que en el discurso se ha insistido al cansancio, que se cuenta con el apoyo incondicional de CONCULTURA (hoy SECULTURA, más tarde Ministerio de Cultura), y por ende se puede especular con cierto positivismo, que dichas escuelas se pueden llegar a materializarse, o de lo contrario quedarían en el tintero, como el proyecto de la Superior en Artes y otros tantos que datan de los años setenta (1970).
Las aspiraciones de que el CENAR, llegase a ser el rector nacional o el ente del que emanaría lo curricular, en cuanto a educación y formación de las artes en el país, ha pasado por la mente de tantos, ha sido el sueño de muchos y el compromiso de pocos (en el actual año 2019, la Dirección Nacional de Formación en Artes del Ministerio de Cultura, ha reiniciado con el estudio y construcción de una propuesta curricular en artes).
La huella de la administración de Tatiana de De la Ossa, en el Centro Nacional de Artes-CENAR; ha sido la abolición de los recursos económicos; captados al interior de este, y que a partir de ese entonces, pasarían al Fondo General de la Nación (Ministerio de Hacienda), en una “cuenta especial”; ello, fomento el excesivo proceso burocrático que hizo ir más lenta la actividad de la institución-CENAR, pues la obtención de las necesidades de las escuelas que conforman el Centro Nacional de Artes-CENAR, se verían a partir de ahí, totalmente desaceleradas.
En el año 2004 hasta el 2007; la Doctora en Artes Plástico-visuales: Astrid Bahamond, estuvo a cargo de la dirección del CENAR; en este periodo no existía la Dirección de Formación en Artes-DNFA; la institución marcho por un rumbo equitativo, y de gran fomento a lo pedagógico; la administración de la Dra. Bahamond estuvo impregnada de democracia, carente de lo impositivo, en este periodo se establecieron los esfuerzos de encaminarse al estudio Superior de las Artes, lo cual no logro gestarse; y la actividad del Grabado, siguió con su curso normal.
La Arquitecta Rebeca Dávila, asume la Dirección-CENAR; haya por el año 2008 y su estadía en este cargo se dio hasta el 2009; recién se había conformado la Dirección Nacional de Formación en Artes-DNFA; dirección que no creo Rebeca, pero el secretario de Cultura de ese entonces decidió que ella asumiera ese cargo; así que en el año 2010 al 2011, Rebeca Dávila, asume; y la función administrativa la traslada al CENAR; apropiándose del espacio-oficina que le correspondía al Director del CENAR (y desde ese entonces aun persiste); ella crea una estructura administrativa que respondiera a los intereses de la DNFA, y se le asignó el presupuesto para contratar al personal que satisficiera ese “nuevo orden” creado; el hecho de que acá se contó con un Director-CENAR, puesto por la Dirección-DNFA, genero cierta dualidad de mando; pues muy en el fondo Dávila, seguía dirigiendo a la institución-CENAR; ya que ella se albergada en el mismo espacio que la Dirección de la institución, fue una época de mucha convulsión para el Centro Nacional de Artes.
En el 2010; la Secretaria de Cultura vuelve a cambiar de mando, y la nueva Secretaria de Cultura, ubica a otra persona en el año 2011, sustituyendo a la Arquitecta Dávila.
Para el 2011; Vanessa Ruiz (asistente del secretario de cultura Dr. Samour), se gesta como Directora-DNFA, con Vanessa; el CENAR, vive una época de mantener lo que la recién pasada Dirección-DNFA; había construido; con serenidad, paciencia y cierta equidad se gesta esta nueva administración, lamentablemente la Dirección-CENAR, entra en una opacidad, obviando la razón fundamental del Centro Nacional de Artes-CENAR, es decir “maestros-alumnos”, delegando esta vital función en otra persona; así que la presencia de la DNFA, volvió nublada la gestión de la Dirección-CENAR; hasta finalizar con la pérdida total de esta figura administrativa; es decir para el 2013, ya no existe Director del CENAR.
Marta Rosales, Musicóloga; Asume la DNFA a principios del 2014, en ese mismo año, es propuesta en otra asignación: la Dirección Nacional de Artes, de la Secretaria de Cultura.
Nuevamente Vanessa Ruiz, retoma la Dirección-DNFA, y a de-honores la Dirección-CENAR (que administrativamente ya no existe la plaza de Director-CENAR), en abril 2016; Ruiz, toma la decisión de suspender el proyecto de Grabado “bajopresion”, argumentando “celos y envidias” al interior de la institución y del taller de Grabado-CENAR.
En la actualidad (2016), el Centro Nacional de Artes-CENAR, es una institución que agoniza, no tiene un rumbo marcado, el haberse disociado del MINED, no le genera ACREDITACION en aquello que oferta; es pues, un CENAR en AGONIA.
De Lo Dialectico Imberbe.
De CONCULTURA a SECULTURA.
En el mes de septiembre del 2009; gana las elecciones por vez primera en la historia de El Salvador, la izquierda salvadoreña. Con la anécdota de que los gobiernos de izquierda son más dados a apoyar las artes, se despierta una especie de efervescencia en sector plástico-visual. Así, que el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte-CONCULTURA, dependencia del MINED, se trasforma en la Secretaria de la Cultura, bajo la cobertura de la Presidencia de la República. Acá se prometen muchas cosas entre ellas: Una Ley de Cultura, convertir a la recién Secretaria de Cultura-SECULTURA; en Ministerio de Cultura, etc. A la fecha nada de ello ha sido posible o más bien, YA NO SE ESCUCHA DE ELLO, es más desde el 2009 a la fecha (2016), han desfilado una serie de connotados “Secretarios(as) de Cultura”, así que el panorama es sombrío, aun el sector artista estamos a la espera, soñamos con mejor y mayor apertura para las artes, pero mientras tanto independientemente de los compromisos políticos, la tarea de educar, formar y difundir, el conocimiento de la especialidad del Grabado en El Salvador, dejo de ser una utopía, y ha llegado a ser un proyecto vivo, un compromiso con el desarrollo cultural y artístico para con la sociedad salvadoreña, y que este esfuerzo, sea el ente multiplicador para Centroamérica o pueda aunarse a otros de la misma naturaleza, en la región del Centro de unos de los continente del globo, el cual lleva por nombre “AMÉRICA”.
De la Maldición y Otros Menesteres.
El hacer mención de lo masivo de la imagen propiedad inherente del Grabado, y que esto, lo de la imprenta, se adelantase con su presencia en el nuevo mundo, es más bien la posible explicación al hecho mismo de aquello del concepto que ha rondado a este, es decir al Grabado, concepto que asido como uno de los mayores fomentos a las peripericias de esta especialidad de las artes plástico-visuales, especialidad que ha permito la democratización de las mismas, al romper con la exclusividad de estas.
Lo de mirar con desdén a este fantástico recurso creativo, de infinitas posibilidades técnicas y creativas, es simple y sencillamente negarse una gran posibilidad de hacernos de una cultura rica de recursos de la expresión de lo visual.
Lo de la desmitificación del mismo, es decir, aquello de lo no original, de lo masivo de la imagen, de la copia, de lo de la reproducción, y otros tantos apelativos, son la herencia involuntaria de la imprenta.
No debemos olvidar que sin el Grabado, no hubiese imprenta, y que sin lo de la imprenta, no se conociese sobre el Grabado.
De los Artistas Plástico-Visuales Latinoamericanos, es el compromiso del fomento de la especialidad, sobre todo hoy día, con toda la diversificación que este existe del mismo.
Se suele comentar, en este mundo del Grabado, que todo aquel u/o aquella, que se llegase a tener contacto con lo de la especialidad, insufacto quedase MALDITO, no escapando más nunca a la ejercitación y ejecución del Grabado, aunque se pase largos periodos alejado de este, siempre, de alguna manera, se despertara el apetito de sentirse atraído, como si tratase de una Herencia inescapable, adoptando el hacer, vivir, y no vivir de aquello que es la Imprenta antes de la Imprenta: El Grabado.
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